La compensación por copia privada no puede ser indiscriminada

La compensación por copia privada, el canon digital, no puede ser indiscriminada como venía siendo hasta la fecha y como era radicalmente defendido por las asociaciones de autores, la industria que se lucra a costa de la cultura y los que dictan las leyes en su nombre.

Gracias a la tenaz Ana María Méndez representante de la empresa familiar Padawan que se enfrenta en un juicio contra la sociedad sin ánimo de lucro SGAE, en el que la Audiencia Provincial de Barcelona consultó al tribunal de justicia de la UE sobre como debe aplicarse la compensación por copia privada. El tribunal europeo dictaminó que el canon digital no puede aplicarse de forma indiscriminada, sino solamente a los que realmente tienen derecho a copia privada, es decir, que el canon digital no puede aplicarse a empresas ni a autónomos, solamente a personas físicas. Queda así claro, dictaminado por un tribunal, que la aplicación del canon en España es injusta como así afirmaba una gran parte de los internautas y las empresas del sector de las nuevas tecnologías que tenían que asumir el injusto canon.

Supongo que a partir de ahora los legisladores tendrán que adaptar el canon para que sea conforme a derecho. Esto hará que los proyectos de arquitectura, planos, presupuestos y mediciones, estudios y planes de seguridad, y demás informes dejen por fin de pagar compensación por copia privada por guardarse en cds, dvds, memorias usb o ssd, discos duros, etc, a unos creadores e industrias que nada tiene que ver con ellos, es decir que tengan que pagar compensación por nada.

Esta noticia, como la mayoría de las noticias, ha sido recogida por los medios tradicionales con escaso acierto, muchos informaban que el canon ha sido directamente declarado ilegal, otros muchos confunden los términos y afirman que el canon es una compensación por la piratería, en vez de por ejercer el derecho a copia privada, copia privada que articula el derecho constitucional de acceso a la cultura. Supongo que lo afirman por no ser incoherentes, ya que los medios tradicionales llaman siempre a la copia privada piratería en su afán por "adoctrinar" a los ciudadanos en que ejercer el derecho a la copia privada es muy malo y antiético, muy malo especialmente para ellos, pues estos medios son propiedad de la industria que se lucra a costa de la cultura.
En contraposición muchos blogs y páginas recogen en general la noticia de una forma mucho más rigurosa aunque con errores iniciales en algunos casos, debido a que algunos blogers se dejaron llevar por la euforia de la noticia, aunque posteriormente fueron en general corregidos. Un nuevo ejemplo más de la diferencia entre la objetividad de los medios tradiciones frente a la red y la de la blogosfera en particular. Algunos ejemplos: Barrapunto, Asociación de Internautas, Del derecho y las normas, Kriptópolis, nuvols, Bandaancha, Derecho en red, alt1040 1 y 2, Retiario.

Pero en realidad el canon solamente es una pequeña injusticia a la que las asociaciones de autores y la industria cultural nos tienen sometidos, sólo es un injusto canon económico, sin perdida de derechos, mucho peor sin duda es lo que se nos viene encima en breve, autenticas perdidas de derechos.
Parece que pronto se aprobara la llamada ley Sinde camuflada dentro de la Ley de Economía Sostenible, que hará posible cerrar webs por medios administrativos en vez de por medios judiciales, con escusa de la protección de los derechos de autor y que seguramente después evolucionara para censurar webs por cualquier otro motivo.
Todo indica también que ACTA, el tratado antifalsificación internacional, sera aprobado por los países mas influyentes, y hará que todos los ciudadanos del mundo sean sometidos a las estrictas restricciones de la propiedad intelectual defendidas por multitud de multinacionales. Este tratado hace referencia a todo el ámbito de la propiedad intelectual, desde las semillas y su apropiación por las multinacionales; los medicamentos, sus patentes y restricciones de los genéricos; y como no, al control y sometimiento de la red y de los contenidos digitales, para que la cultura y su difusión, así como la información y su interpretación, siga como hasta ahora en poder de unos pocos.